Te
dije alguna vez que me volví ambidiestra
para
compensar los avatares del destino?
También
tengo dos corazones anestesiados
para
no tentar al dolor que perfora con
melancolía.
Un
xilofón y un piano blanco indecente,
una
muestra de ADN, del alma en cautiverio.
Una
fuente extensible
para
taparme los ojos cuando llueve,
un
cardumen de betas lleno de paraguas,
un
edecán que se ríe de mis tristezas
y un
par de pantuflas que me esperan
en
el borde de mi cama
para
cuando me levante
de
las ruinas de mi inconciencia…
Dimorfismo forzoso cuando la sutileza de la mañana se torna fría. Cuando el corazón que no amanece queda olvidado en los sueños permanentes.
ResponderEliminarCada vez son más breves y más intensos, más vividos y más sufridos.
El dolor recrea unas imágenes de ensueño en tus manos.
Cálido abrazo, amiga.
Gracias amiga, cómo me gustaría encontrar tus versos para leerte y comentarte, mis afectos infinitos. Cómo me gustaría leerte aunque sea convertida en pájaro para poder tomar vuelo contigo. Te extraño amiga.
ResponderEliminarhttp://luigimadariaga-ana.blogspot.com.es/
ResponderEliminarApenas publico, pero lo poco que hago está en el blog de siempre, tu casa, para lo que quieras.
Gracias por dejarme volar con los tuyos.
Todo mi cariño Lu.
Gracias!!!!
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