Amaneciendo
en la levedad
de
los atentos suburbios
un
atlético disturbio
lamenta
la muerte de la noche,
lastimosa
lluvia de reproches clandestinos
acongoja
las aristas del invierno.
El
frío no es de afuera,
hibernando
en el nido de las lágrimas…
El
frío es el manto turbio y denso
que
abriga las antiguas metáforas,
hambrientas
bocas que atisban
el abrazo con su aliento.
Mantienen
el sonámbulo discurso
de
la gélida y tosca madrugada
que
deambula en los adentros.
Mística
ornamentación de los ojos
aplastando
el temor al vacío;
y la
dignidad que soporta
para
alcanzar la diadema de los sueños…
redención
del autismo
que
parafraseando al miedo
duerme
como un feto
en
el andamiaje
del
lirio
que
presume de nostalgia
para
vivir en secreto.
Hay tiempos donde recogerse y acogerse.
ResponderEliminarVolver a lo más íntimo, desde el principio y soñar
Ahora y aquí, el calor tomará las riendas dejando atrás los helados cuerpos, no hace falta manto para volar.
La textura se torna encaje de bolillos y artesanía de hilo dorado sale de tus dedos.
Siempre es un placer tu Urdimbre
Cariños
Muchas gracias amiga por tu hermoso comentario, cariños.
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