En
un escándalo de misterios y de versos
un
anfitrión de verdades estelares
y a
veces terrenas,
como
un brillo condensado
en
el nácar del recuerdo,
cala
hondo en el pretérito arsenal
de
su risa…
con
tanto desparpajo de labios
como
un acordeón que sonríe
a la
vista de las tristezas.
Una
melancólica pista de aterrizaje
convertida
en cinta de Moebius,
siempre
en arabescos sensibles
que endulzan
los cardos de la herida;
parafraseando
los párpados del silencio
en
complicidad con la riqueza
de
los caminos subcutáneos.
Viene
y va con la nostalgia
barriendo
el doloroso momento,
olvidando
con hidalguía
como
si el olvido fuera
el
remedio más auténtico
que
aliviase la cofradía
de
tanto duelo.
Amortigua
la osadía
del
agobio,
edulcora
la fragilidad
de
lo abierto,
disfraza
la cicatriz
y la
mira de reojo,
donde
la boca de pétalos
anestesia
la realidad
que
desmienten los besos…
...Y ya cuando los años nos van quitando las capacidades de ilusionarnos barato y asombrarnos sin reparos... leí en algún lugar, que hay refugios para felinos que se deleitan sólo con observar.
ResponderEliminarPor estos lares y otros, dejo que osadías y bocas llenas de aromas, saluden con un "buenas salenas cronopio cronopio" y me estiro cual gatuno ser, a degustar.
Te dejo mi ronroneo y prosigo con "Rayuela"
Gracias
Es que Morelli tiene una sensibilidad.......besos.
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