Queriéndote a mansalva…
en las cuencas del mísero atavío de mis penas.
Retoño de querencias malparidas
como grillos sin noche
en el insomnio blanco de mis venas.
Un norte sin crepúsculo me incendia
me hiere las pupilas sin retorno
cegándome la frente.
Un tórrido velero que navega
quemándome los sueños de vencerte.
Una oscuridad en lozanía
donde la línea neta de mi suerte
asila un ágape de inasistencias,
un aquelarre de utopías transparentes.
Inmensidad de alas derretidas,
caducidad de sombras,
oscuridad encarcelada…
No hay fondo ni figura en la pátina fulgente
de mi noria…
Intensa lucha de sombras y luces. Bellos versos Lu.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Ana querida, aprecio tu visita...
ResponderEliminarBellisimas letras, profundamente hermosas
ResponderEliminarmi admiración y cariño poetisa
Ana
Gracias Ana Carrión, nuevamente agradezco tu visita, mis cariños.
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