Abandonando el refugio del escalpelo
que secunda el drenaje del silencio,
se inaugura un líquido insomnio
que derrama los suburbios de mi pena.
Recorriendo sigilosamente los recodos
que perturban la quietud de las heridas,
manuscrito de las venas indelebles
como plumas que se enredan.
Traspone la virtud del desaliento
en contraste con la sangre que segrega,
se va hundiendo en el fondo de tu risa
una hilera de lágrimas que sueñan.
Insisto en el camino del desorden
intento recobrar una palabra ajena,
tus brazos y tus labios son espuma
de un recuerdo que se va, pero se queda…
Gota a gota me fundo
ResponderEliminaren la niebla de tus silencios
aún incompletos.
Espacios que solazan
las memorias de mi intimidad
se pierden
en eslabones ceñidos a un invierno
crujiente, amordazado de sombras que se quiebran.
Mesetas atisbadas bajo herraduras
que cabalgaron
por tiempos matemáticos,
inimitables.
Gracias Lu.
Hola amiga! celebro tu exquisito comentario, es un joya tu poema. Mis afectos.
ResponderEliminarQuerida poetisa Ludmila, encuentro siempre tu poesía muy grata al sentimiento y la fantasía....
ResponderEliminarEs leerte toda una aventura de descubrimientos, un saludo cordial.
Gracias amigo por tu vista y lectura, mis cariños.
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