domingo, 17 de agosto de 2014

Irrevocable


Apóstol de mis anuencias
en la rugiente tempestad del ánimo…
te llevo en mis partituras
como si fueras un halo.

Nadie podrá reprobar la pertenencia.

Te hiciste de a poco y sin medida,
y conquistaste un espacio en mi lengua
que se mezcla con el tacto.

Mordiscos de naderías en las savias,
necio menester de recuerdos
impregnado de secretos.

Transeúnte de mi especie,
Irrevocable,
Irrespetuoso,
Y sediento.

viernes, 1 de agosto de 2014

La tierna excusa...


Si él hubiera estado 
hoy los vientos silbarían para adentro.
Si él viviera, me hubiera escrito un poema 
para mi cumpleaños.

Si su corazón latiera,
a veces sonreiría de contrabando…
Lo entrañable de su pluma
lo inefable de su llanto
lo profundo de su musa,
hubiera sido la tierna excusa 
para seguir soñando.

Pero no está, él se fue
y yo imagino 
a este corazón instrumentado
desarmado
ahogado 
en la oquedad
de una tristeza
tan mal administrada,
que sigo contando las monedas
en la registradora de melancolías…